En los tiempos que estamos viviendo donde la juventud es carne de cañón de los medios
de comunicación, es realmente difícil darle seguimiento a la formación de valores, sin embargo, es trabajo prioritario como docentes pues vivimos en un mundo donde el lenguaje se convirtió en un código sin reglas ni sintaxis llamado IDEAL NOL, los jóvenes carecen de convicciones, de ideas, de sueños, de identidad; de ahí la carencia generacional de nuestros días, el hedonismo pasó a segundo plano, ya ni siquiera el placer es fundamental en su existir. Tenemos a nuestro cargo jóvenes carentes de sentido común, banales.
de comunicación, es realmente difícil darle seguimiento a la formación de valores, sin embargo, es trabajo prioritario como docentes pues vivimos en un mundo donde el lenguaje se convirtió en un código sin reglas ni sintaxis llamado IDEAL NOL, los jóvenes carecen de convicciones, de ideas, de sueños, de identidad; de ahí la carencia generacional de nuestros días, el hedonismo pasó a segundo plano, ya ni siquiera el placer es fundamental en su existir. Tenemos a nuestro cargo jóvenes carentes de sentido común, banales.
Un problema importante
que tienen los docentes es que no conocen la diferencia entre educación y escuela,
encontramos aulas repletas de profesores apenas maestros, mucho contenido en
planes de estudio poca forma de crítica, de análisis. En la escuela donde
laboro soy Jefa de la Oficina de
Orientación Educativa, coordino a
los “Orientadores” que les importa un cacahuate enchilado orientar como tal a los alumnos escudándose en frases como: “No soy
su psicólogo”, “no soy su pilmama” entre muchas otras. Los valores forman parte
de la educación que traemos desde casa, los valores al igual que la educación
como dijera mi abuela “se mama”. Aunque es importante citar un proverbio
africano para educar a un niño se necesita
la tribu entera.
Isauro Blanco comenta en su libro “La educación evolutiva” : El pecado capital del caln-persona se llama
carencia de compromiso. Hemos invitado a los hijos (y a los alumnos le
agregaría yo) a la existencia y luego los
hemos abandonado a su propio destino. No diseñamos nuestra agenda para atender
al invitado y lo relegamos a la orfandad psicológica”. Fuertes palabras de
Isauro aunque muy cerca de la verdad. Humberto
Maturana nos habla acerca de las tres edades de la humanidad, en la que nos
encontramos después de la Matrística, es el patriarcado, en donde
reina el egoísmo el cual suple al compromiso, compromiso del cual carecen
muchos DOCENTES.
En nuestro siglo el período de la adolescencia se ha
intensificado y extendido gradualmente; los niños están entrando precozmente a
la adolescencia y salen tardíamente de ella por la incidencia protagónica de
los factores sociales, nadie quiere ser responsable de sus actos, llegar a ser
adulto es sinónimo de obligaciones y de oblicuidad.
Aunque
no todo es Nihilismo como lo pinto, existen también factores que están
presentes en las aulas y en nuestros alumnos o por lo menos se encuentran en
proceso de formación en esta era de locura y desenfreno, como dijera un amigo
doctor de mis padres: “La era del sinvalor”
me causa mucha risa escuchar esta frase del doctor porque es realmente cierto
aunque un poco exagerado, más bien la llamaría igual que Isauro la era de la encrucijada.
Ahora
bien, la oportunidad que tenemos los docentes para por lo menos cambiar la
actitud apática de nuestra juventud es dejar de ser espectadores y adentrarnos
al campo de concentración en el que viven, conocer más sobre su música, sus
gustos, su aldea, regresarlos a conocer sus raíces, al entusiasmo y optimismo
para hacer frente al dilema y recorrer el camino de la evolución sin caer en el
cinismo o en el desaliento, que son las tentaciones psicológicas a los que
están encadenados.
La educación
es el fiel de la balanza y de ella depende que la oportunidad predomine, tengamos
la conciencia de que nuestra labor como maestros es mantener los valores y que
se arraiguen como en el corazón y en su cerebro, no dejar que ese mismo cerebro
se ensucie con basura televisiva ni noticias amarillistas. Seamos docentes con
retos no parásitos del sistema, ni dejando ideas sobre REVOLUCIONES incautas
que no dejan nada de ejemplos para
ellos, en lugar de salir a las calles a gritar, pongamos a dar ejemplos de vida
en las aulas, a demostrar que ningún gigante de los cuentos de Wilde disfrazado
de EVALUACIÖN podrá contra los verdaderos maestros con vocación.
Itzel Zambrano Piedra
Itzel Zambrano Piedra